jueves, 29 de julio de 2010

El ello, el yo y el super yo.



Freud considera que la personalidad humana esta integrada por tres agentes interrelacionados: el yo, el ello, y el super yo.

El ello es la parte oculta de la personalidad,la mas primitiva . Viene siendo la primera manifestación de la mente humana, es decir, el estado mental del recién nacido. En esta división no son válidas las leyes lógicas del pensamiento consciente, el ello solo busca la satisfacción de los impulsos orgánicos, no se halla aquí prácticamente noción del tiempo y no hay noción de lo que está bien o mal. Es una "maquina de crear impulsos para su ego.


Aquí se encuentran todos los datos almacenados desde que hemos nacido, y hasta incluso algunos recuerdos del vientre de la madre, y del momento del parto, momento bastante determinante en el desarrollo posterior del niño o futuro adulto. En esta división de la mente al no haber noción del bien y el mal, no se encuentran conflictos, lo único que hay aquí son impulsos y gran cantidad de información. Aquí es donde se comienzan a formar nuestros pensamientos, que son en su momento inicial tan solo impulsos a satisfacer una necesidad, del organismo.

El yo . Es lo que esta en contacto con la realidad, viene siendo algo así como la parte consciente del ello, o una parte mas exterior o la que se a modificado por estar en contacto con la realidad. El yo domina la descarga de los impulsos que envía el ello.

Existe lo que se a denominado "súper yo" que es la parte ética y moral que ha sido creada en el hombre. Esta parte ética y moral se fue formando por enseñanzas de nuestros padres o cuidadores y por las creencias religiosas que nos frenan; el nombre un poco lo dice es algo mas que el yo, es un yo moral o religioso. Si todos tuviéramos mas desarrollada nuestra parte moral o religiosa todos estaríamos mejor.

El ello, el yo y el super yo se pueden definir con los siguentes conceptos:

EL ELLO: PRINCIPIO DE PLACER

EL YO: PRINCIPIO DE REALIDAD

EL SUPERYO: CONCIENCIA MORAL

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What´s on a man´s mind By: Freud


Intereses del padre del psicoanalisis



Freud no pretendía crear una teoría psicológica completa, pero llegó a elaborar un sistema que explicaba la psicología del hombre en su totalidad. Comenzó estudiando el trastorno mental y luego se preguntó por sus causas. Acabó formulando una teoría general del dinamismo psíquico, de su evolución a través de distintos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad, la cultura y la religión en la personalidad, además de crear una forma de tratamiento de los trastornos mentales. Logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la historia, la educación, la antropología y las artes.


La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue el estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas histéricos dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento de los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los sucesos traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica utilizada en principio para ello fue la hipnosis.


Llegó a la convicción de que el origen de los trastornos mentales está en la vida sexual y que la sexualidad comienza mucho antes de lo que en aquellos momentos se pensaba, en la primera infancia. La afirmación de la existencia de la sexualidad infantil produjo muchas críticas y oponentes a su teoría.


Más tarde introduce otra técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era paralela al uso de la hipnosis, pero esta última técnica la acaba desechando por considerarla menos efectiva. En las asociaciones libres el paciente expresa sin censuras todo aquello que le viene a la conciencia de forma espontánea.


Posteriormente, incorpora la interpretación de los sueños en el tratamiento psicoanalítico, ya que entiende que el sueño expresa, de forma latente y a través de un lenguaje de símbolos, el conflicto origen del trastorno psíquico. La interpretación de los sueños es una ardua tarea en la que el terapeuta ha de vencer las "resistencias" que le llevan al paciente a censurar su trauma, como forma de defensa.


Otro aspecto a tener en cuenta en la terapia psicoanalítica es el análisis de la transferencia, entendida como la actualización de sentimientos, deseos y emociones primitivas e infantiles que el paciente tuvo hacia sus progenitores o figuras más representativas y que ahora pone en el terapeuta. Su análisis permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos, deseos y emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia.


Freud hace una formulación topográfica del psiquismo e incluye en él tres sistemas: uno consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el mecanismo que hace que los contenidos del inconsciente permanezcan ocultos. Más tarde presenta una nueva formulación del aparato psíquico que complementa a la anterior. En esta formulación estructural el aparato psíquico está formado por tres instancias: el ello, instancia inconsciente que contiene todas las pulsiones y se rige por el denominado principio de placer; el yo, que tiene contenidos en su mayoría conscientes, pero puede contener también aspectos inconscientes, se rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra instancia del aparato psíquico; y el superyó, que representa las normas morales e ideales.


Un concepto básico en la teoría freudiana es el de "impulso" o pulsión. Es la pieza básica de la motivación. Inicialmente diferencia dos tipos de pulsiones: los impulsos del yo o de autoconservación y los impulsos sexuales. Los impulsos sexuales se expresan dinámicamente por la libido, como manifestación en la vida psíquica de la pulsión sexual, es la energía psíquica de la pulsión sexual. Más tarde reformulará su teoría de los impulsos y distinguirá entre impulsos de vida (Eros), en los que quedan incluidos los dos de la anterior formulación, e impulsos de muerte (Thanatos), entendidos como la tendencia a la reducción completa de tensiones. Freud tenía una concepción hedonista de la conducta humana: comprendía que el placer venía dado por la ausencia de tensión y el displacer por la presencia de la misma. El organismo, inicialmente, se orienta hacia el placer (principio de placer) y evita las tensiones, el displacer y la ansiedad.